Page 120 - CONTAMINACION DEL AGUA
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que se utilizan al pie de la Serranía. Dicha salinidad es aproximadamente 50 por
                 ciento menor a la del Río Pilcomayo. que registra un nivel de 1317 a 1398mmhos/
                 cm. Estos parámetros de conductividad clasifican las aguas en Clase C3  (altamen­
                 te salina), lo cual significa que su utilización debe someterse a prácticas de con­
                 trol de salinidad y selección de especies vegetales tolerantes a las sales. Los demás
                 ríos, el Camatindi y el Tarairí con valores que oscilan entre los 505 y 553 mmhos/
                 cm, y el Tahiguati, el Ipa y el Tampinta, con 330 a 400mmhos/cm, corresponden a
                 la Clase C2  (agua de salinidad media), cuyo uso es recomendable para riego con
                 un grado moderado de lavado de suelos.
                 En cuanto al monitoreo encargado por la empresa Chaco S.A. —por la contingen­
                 cia ocurrida en Ipa— se detectó un valor bajo de conductividad antes de las filtra­
                 ciones, y un valor situado en el orden de los 300 micromhos/cm después de las
                 filtraciones. En nuestro caso, todas las pruebas realizadas nos entregaron valores
                 que oscilan entre los 330 y400 micromhos/cm,  con valores mayores en la época
                 de noviembre, lo que significa que el agua mantiene su contenido de sales o que
                 obedece los patrones de emanación de las filtraciones.
                 Actualmente, la conductividad eléctrica de las aguas de Caigua se ha elevado con­
                 siderablemente en un 50 pro ciento (en comparación con los datos de PRONAR,
                 1995/96). Esta situación nos ofrece una referencia en el sentido de que el conte­
                 nido de sólidos totales disueltos y la salinidad también se elevan.
                 En  determinados sectores de la zona de estudio se observaron diversos  niveles
                 de salinidad en la superficie del suelo. En el caso de la población agricultora de
                 Caigua, esos niveles de salinidad obliga a los campesinos a incrementar los traba­
                 jos de manejo de suelos, lo que redunda negativamente en su economía.
                 El agua más alcalina registrada por nuestro estudio corresponde a la quebrada
                 Sábalo, con un pH de 9.65, y con la posibilidad de estar afectada con hidróxidos
                 que se utilizan en las perforaciones de pozos petroleros. Otras alcalinidades me­
                 nores  se  atribuyen  a  rangos  de  pH  entre  8,8  y  8,64  registrados  en  los  ríos
                 Tahiguati,  Camatindi, Tarairí e Isiri.  Los niveles  de pH más aceptables se regis­
                 tran  en  las  aguas  de  las  comunidades  Ipa,  Caigua,  Los  Monos,  San Antonio,
                 Pilcomayo y Algarrobal.
                 Respecto  de  la  contaminación  microbiológica,  detectada  por la  presencia
                 coliformes  fecales  en las  aguas,  responsables,  a  su  vez,  de  las  enfermedades



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