Page 121 - CONTAMINACION DEL AGUA
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diarreícas, nuestro estudio la ha encontrado en todas las aguas, pero con diferen
tes rangos. Según la Ley de Medio Ambiente, gran parte de los niveles de
coliformes fecales encontrados pertenecen a la Clase B, lo que supone que todas
las aguas necesitan tratamiento físico y desinfección para usarse como agua pota
ble, excepto en el caso del agua de la quebrada Los Monos que se categoriza en
la clase A y que, por tanto, sólo requiere desinfección.
Sin embargo, respecto de este mismo parámetro (coliformes fecales) existe otra
norma para evaluar los sistemas de abastecimiento de agua potable en pequeñas
comunidades. Se trata de la norma del Centro Internacional de Agua y Saneamiento
(CIR, Holanda; 1998) que define como permisible un contenido inferior a 10 UFC/
100 mi para pequeños abastecimientos de agua de bebida. Si se tomara en cuenta
esta norma en Bolivia, serían permisibles —respecto del contenido de coliformes—
el agua potable de IPA y las agua de los ríos Tarairí, Isiri, Tahiguati, Los Monos,
San Antonio y Algarrobal (en época estiaje).
Respecto de las aguas superficiales, nuestro estudio ha determinado niveles de
coliformes fecales menores a 10 UFC/100 mi en el agua del área de estudio, ex
cepto —por supuesto— en Algarrobal que utiliza agua subterránea. Asimismo, se
puede confirmar que no existe ganado numeroso ni fauna silvestre en la región,
y se ha constatado también que no se dispersan aguas residuales domésticas por
la zona, ambos factores que que elevan el contenido de coliformes. Y aún en el
caso de la dispersión de excrementos de ganado dispersos —lo cual fue observa
do en la ruta a la planchada del pozo Camatindi—, éstos sufren compostaje debi
do a las altas temperaturas del lugar, ocasionando la mortandad de las bacterias
patógenas.
El agua de Algarrobal, por otra parte, tiene un contenido de coliformes menor a
todos los estudiados, dato que nos ofrece una importante referencia por encon
trarse aislada de vectores patógenos, dado que la contaminación química por sa
les y metales solubilizados ejercen acción en los microorganismos.
La contaminación de aguas por hidrocarburos (TPH) se presenta en diferentes
niveles. Una mayoría notable clasifica a estas aguas en la Clase D en época de las
primeras lluvias, y muy pocos casos en la Clase C en época de estiaje.
En época lluviosa, cuando se producen las crecidas de los manantiales de Tampinta
y Caiguamí, se presenta un agua turbia. Ésta es el agua que llega a los grifos de
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