Page 123 - CONTAMINACION DEL AGUA
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Debido a esa observación, se concluye que el aspecto claro del agua en las comu­
                nidades de Ipa y Caigua impide percibir el contenido de hidrocarburos, dato que
                merece la atención correspondiente, pues la evidente contaminación del agua por
                hidrocarburos puede afectar la salud de sus  habitantes y las plantaciones en las
                que se utili2a ese agua para riego. Los agricultores saben que el riego de terrenos
                con aguas que contienen aceites “ahogan” al suelo y las plantas pero, muchas ve­
                ces, sus necesidade de producción les exigen el uso de esas aguas.
                Para valorar críticamente la presencia de hidrocarburos en las aguas de la zona de
                estudio se menciona el siguiente ejemplo: el río Tarairi tiene un TPH de 2.88 mg/1
                y un caudal de 701/s; hechas las cuentas, estas cifras indican que 17,4 kilogramos
                de  hidrocarburos diseminados  en al agua recorren  el cauce del río cada día,  lo
                que equivale a 6,3 toneladas de hidrocarburos por año.
                Nuestro estudio concluye que no existe prevención alguna contra la contamina­
                ción del agua por hidrocarburos en época de estiaje. Pero además, establece que
                las aguas de Villa Montes, San Antonio, Algarrobal, Ipa, Caigua y Tahiguati —cuyos
                valores de contenido de hidrocarburos oscilan entre 0,93 y 0.51 mg de TPH/1—, co­
                rresponden a la Clase C, lo que quiere decir que si se las usa como bebida deben
                someterse an tratamiento físico-químico completo  (coagulación, floculación, filtra­
                ción) y desinfección. Iguales medidas deben aplicarse si se aplican las normas de la
                Comunidad Europea que calasifica a esas aguas como de Clase A3.
                Los ríos Tampinta, Pilcomayo en Puente Ustarez y Los Monos, todos ellos en épo­
                ca de estiaje registran valores menores de TPH en sus aguas. El rango en que fluc­
                túan estos valores, de 0.43 a 0.26 mg/1, determina que estas aguas pertenencen a
                la Clase C.
                Si se comparan los datos recogidos por nuestro estudio con otros de años ante­
                riores, encontramos que el nivel de TPH del río Pilcomayo, en tiempo de estiaje y
                a la altura del Puente Ustarez,  se mantiene el 2001  en los rangos registrados un
                año antes, el 2000. En el caso del río Ipa, en cambio, los valores de TPH se han
                doblado en el año 2001 respecto del 2000 tanto en época de estiaje como en la
                de lluvias.
                Sobre los estudios de monitoreo de aguas encargado por la petrolera Chaco S.A.
                después de las filtraciones de hidrocarburos ocurrida en Ipa en 1999, cuyos re­
                sultados no detectaron ni aceites ni grasas, nos parece importante hacer notar



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