Page 22 - CONTAMINACION DEL AGUA
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El advenimiento posterior de la Revolución significó un impulso consciente de
la producción de hidrocarburos como una alternativa de diversificación econó
mica, pues surgió la posibilidad de exportar petróleo crudo, una vez cubierta de
demanda interna.
1952: Estalla la Revolución y Solivia vive un profundo cambio estructural. Estados Uni
dos bloquea las exportaciones mineras produciendo una gran inflación. El país
padece una gran pobreza y hambruna. Estados Unidos propone la donación ma
siva de alimentos a cambio de reconducir la política petrolera. El presidente bo
liviano Víctor Paz Estenssoro adjudica el bloque Madrejones y Camiri a una
empresa americana. Con esta concesión, se inicia un proceso de apertura que
es aprovechado por las empresas norteamericanas.
1956: El Gobierno contrata un bufete de abogados norteamericanos para redactar un
código petrolero (Código Davenport, por el nombre del bufete). Aparecen dos
nuevas empresas petroleras en el país, la Gulf Oil Co. y la Occidental, que ex
plotaron durante más de una década el crudo boliviano (Gavaldá, 1999). El Có
digo Davenport otorgaba amplias facilidades a los inversionistas a cambio de una
regalía del 11% al Estado que podía reducirse según el caso; se aplica, además,
un impuesto sobre las utilidades del 30%.
14 empresas extranjeras se interesaron en los campos bolivianos y recibieron con
cesiones por casi 14 millones de hectáreas, pero sólo una de ellas tuvo éxito: la
Solivian Gulf Oil Co.
1964 a 1969: La producción del petróleo sube de 8.0' I barriles día a 40.000, el segun-
do nivel más alto de producción de la historia.
1965 a 1969: La producción de gas aumenta de 25 millones de pies cúbicos por día a
más de 75 millones. Era el antecedente de una etapa de bonanza que después
tuvo su pico mayor (Gisbert et al., 1998).
1968: Se firma el convenio de venta de gas a la Argentina durante el gobierno del ge
neral René Barrientos Ortuño. El convenio establecía un compromiso de venta
por 20 años al precio de 0,225 dólares por millar de pies cúbicos y un volumen
de 141 millones de pies cúbicos por día (Gavaldá, 1999).