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ACUÍFERO TRANSFRONTERIZO YRENDA-TOBA-TARIJEÑO
SECTOR BOLIVIANO
INTRODUCCIÓN
A nivel mundial, la escasez de agua dulce ocupa el primer lugar en la lista de las
amenazas que afectan a la humanidad en el siglo XXI. Según Naciones Unidas,
aproximadamente 1.200 millones de personas beben agua no potable y cerca de 2.500
millones carecen de sistemas sanitarios o de sistemas de drenaje adecuados. En todo el
globo, agricultores y autoridades municipales extraen agua del subsuelo más
rápidamente de lo que se recarga. En un mundo donde el agua cada vez es más escasa,
ciertos sectores tienden a utilizar el agua en desmedro de otros, lo cual puede generar
conflictos locales, regionales e internacionales.
En Bolivia, los recursos hídricos constituyen un elemento frágil, y esto se debe en parte a
que este recurso es escaso en casi la mitad del territorio en particular en el sector del
Chaco Boliviano, donde la lluvia es muy concentrada, con precipitaciones que en la
llanura chaqueña alcanzan a los 300 mm anuales, es un país que está azotado por
sequías, granizos, inundaciones y otras manifestaciones climáticas, que en muchos
casos son impredecibles y además agravados por fenómenos como El Niño. El hecho de
que la economía rural depende del recurso hídrico hace necesaria la aplicación de
estrategias de manejo del recurso hídrico.
El último censo de población y vivienda del INE (2002), ha mostrado que miles de
personas siguen sin acceso a agua potable y/o no tienen servicios sanitarios adecuados.
Existen todavía serias deficiencias en la distribución, el uso y el manejo racional de agua
de riego y de agua potable. Además, la calidad del agua está disminuyendo debido a la
contaminación, un impacto humano que sólo recientemente se está estudiando en detalle
y que según expertos en algunos casos puede significar una "bomba de tiempo".
En Bolivia, igual que en otros países andinos, se observa una creciente competencia por
el uso múltiple del agua. Las demandas para uso agrícola, doméstico e industrial ya no
están geográficamente tan separadas como antes. Estas demandas sectoriales
incrementan y se traslapan cada vez más, lo que ocasiona nuevos conflictos de diferente
índole por el agua.
Bolivia carece de instrumentos de manejo y gestión, tampoco dispone de una ley de
aguas que regule el uso de los recursos hídricos existe una ley de 1906 pero que es
obsoleta, ni existen sistemas que integren toda la información sobre el tema. Es notoria la
variedad de organismos e institutos que trabajan en diferentes aspectos relacionados con
el tema agua, pero al mismo tiempo es llamativa la falta de coordinación entre éstos.
Recientemente, se han conformado algunas instituciones y movimientos sociales que
pretenden abarcar el tema agua desde puntos de vista más globales. El CGIAB (Comité
de Gestión Integral del Agua en Bolivia), ha sido creado como plataforma boliviana para
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