Page 26 - PLAN METROPOLITANO AGUAS SUPERFICIALES TARIJA
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Planes Maestros Metropolitanos de Agua Potable y Saneamiento de Cochabamba, La Paz y El Alto,
                                            Santa Cruz y el Valle Central de Tarija (Bolivia)
                            Informe Especial: Plan Maestro Integral de Agua y Saneamiento del Valle Central de Tarija



               Si se consideran sólo las estaciones con un período de observación mayor de 10 años y si para cada


               una de ellas se asume como medida de variabilidad de las D, el parámetro D  =    ( diferencia entre
               los valores asumidos de la media de D y el   mínimo valor registrado D1) que expresa la relación con
               el valor medio M{D}),se pueden comparar las cuencas y en las estaciones de medida de Bolivia, varía de
               un máximo de 53, a un mínimo de 42 en la estaciones de la faja del subandino.
               El  flujo  en  la  estación  seca,  Ds,  como  se  definió  anteriormente,  representa  siempre  una  proporción
               bastante  baja  de  la  escorrentía  anual  D  (en  promedio  alrededor  de  30  al  40  %,  expresándolos  en
               porcentaje,  los  valores  asumidos  de  cada  estación  de    la  relación M  {Ds}/M  {D}  entre  las    medias
               aritméticas de Dsi y de D).
               Como regla general, con el fin de identificar una conexión de enlace, en lugar de D, se hizo referencia a
               una u otra de las magnitudes P = A- D (perdida aparente anual), p = (A-D)/A = P/A (pérdida aparente por
               unidad de aflujo anual) y μ =D/A= 1 - p (coeficiente de escorrentía anual) tratando de precisar, la ley de
               la dependencia de A de cada una  de las estaciones.
               Por supuesto, dado que, a la par de D y de A, cada una de las cantidades P, p y μ de A, son relaciones
               intensas, en el sentido estadístico. Más precisamente  se debe entender que para un mismo valor de A
               corresponden valores de P o de p o de μ de vez en vez diversos, variables, pero, en torno a valores que
               resultan función de A.  Por consiguiente, se puede concretar la ley de dependencia P (A), p (A) y μ (A) de
               P, de p y de μ de A. (Ley de la dependencia de P, de p y de μ sobre A).
               Como es evidente. Si, refiriéndose a la cuenca sustenta en una genérica sección Z, se  indica con A el
               aflujo caído sobre la cuenca, en un determinado año, la escorrentía que A provoca en Z, no coincide con
               la escorrentía de D registrado en Z en el mismo año.  En efecto una parte d1 de la escorrentía provocada
               por A, pasa en Z no en el mismo año al cual se refiere A, más en el año sucesivo y como tal, no está
               comprendida en D. Al mismo tiempo, una parte d2 de D, es debida al aflujo caído sobre la cuenca en el
               año precedente.
               Por consiguiente se puede indicar que si se quiere hacer un balance entre el Aflujo A y la escorrentía D,
               que este provoca en Z, sería necesario corregir el valor de D por un lado sumando a este un término
               igual a d1 y del otro lado sustraer del mismo un término igual a d2
               No obstante esto, las leyes de la regresión P (A), p (A) y μ (A), definidas solamente desde el punto de
               vista estocástico, puede ser adoptada también desde un punto de vista físico para representar las leyes
               de la dependencia entre efecto causa que caracteriza el balance hidrológico, entre el aflujo A, que cae
               sobre una cuenca en un año determinado y la escorrentía que por efecto de ella pasa a través de la
               sección Z, que sustenta la cual en parte cruza en el mismo año y en parte en el año sucesivo.
               Por cuanto se ha dicho aquí, de hecho, si se quiere emprender un balance,  más estricto, introduciendo
               las variables P, p μ tendría que referirse no a D, sino a la suma D + (d1-d2). Se tendría que tener en
               cuenta que a la par del valor de A, la escorrentía en Z, habría podido asumir valores diversos de caso en
               caso, no solamente porque varia el efecto debido a los múltiples factores que con A intervienen en el
               balance hidrológico de la cuenca, mas aunque porque varia de caso a caso la diferencia (d1-d2) entre la
               escorrentía d1, provocada por A y pasada en Z en el años sucesivos y la escorrentía d2, que atraviesa Z
               en el mismo año pero que ha estado provocada no por A, sino por  la lluvia caída en el año precedente. –
               es evidente, pero, que si se fuera a calcular los  valores medios asumidos de P de p y de u para un
               asignado  valor  de  A,  con  el  fin  de  deducir  la  ley  de  P(A),  p(A)  y  u(A),  las  diferencia  (d1-d2)  habrán
               terminado por compensarse.
               En  particular,  de  acuerdo  con  lo  que  se  encuentra  en  las  investigaciones anteriores, se asume  como
               hipótesis de trabajo que la regresión de la ley P en A puede volver a una expresión algebraica del tipo:

                     P = C     , y en consecuencia, puede ser representada por medio de una recta en un diagrama
                      en carta logarítmica. para cada una de las estaciones hidrométrica tomadas en consideración.
               En el caso de la faja del subandino, donde se presentan años secos, la ley teórica de variación, que
               toma en consideración la evapotranspiración, la capacidad hídrica del suelo, adopta la función de


               INFORME ESPECIAL Nº 1: AGUAS SUPERFICIALES DE TARIJA, SAN LORENZO, URIONDO Y PADCAYA        18
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