Page 30 - Resumen Ejecutivo Programa Estrategico de Acción - Rio Bermejo
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sentido, no se encontró mayor cambio en la actividad laboral de los migrantes, pero sí un
elevado cambio de categoría ocupacional, que explica, ampliamente, las razones económicas
del traslado de la población.
5. De la población que migra hacia Argentina, casi el total (entre 92 y 98%), se mantienen
trabajando en el sector agrícola, ya sea como agricultores o como recolectores/cosechadores.
No cambian de ocupación principal ni de rama de actividad, pero sí cambian y de manera
fundamental en su categoría ocupacional: el 82% de los migrantes ingresa, en el país vecino, a
la categoría de dependientes asalariados; contrastando radicalmente con el 60 a 70% de los
mismos trabajadores que fungían como trabajadores familiares sin remuneración mientras
permanecían en la zona de origen (a los que se tiene que sumar los 15 a 20% de quienes
mantenían la categoría de trabajadores por cuenta propia en su región de origen). De tal
manera que los migrantes de la región no van a competir en el mercado de trabajo “informal”
con los trabajadores nativos del otro lado de la frontera sino que realizan un trabajo
complementario y necesario para la economía de la región de destino.
6. Sin embargo, el carácter de migración temporal de quienes se trasladan al país vecino, parece
cumplir con la estrategia de ampliar el “marco de lo posible” de esta población; puesto que a
mayor movilidad es posible una mayor diversificación de sus economías y un mayor nivel de
vida.
En la subcuenca de Santa Ana, donde es mayor el porcentaje de gente con tierra propia, es
también la subcuenca donde menos migra la población y donde encontramos los niveles más
bajos de calidad de vida. Lo que nos muestra que economías familiares más diversificadas, no
sólo dependientes de la tierra, tienen mayores probabilidades de tener un mejor nivel de vida.
Por otro lado, en la subcuenca de Tolomosa, donde encontramos mejores niveles de calidad de
vida, encontramos también un mayor flujo migratorio, al igual que un elevado porcentaje de
migrantes de retorno y un porcentaje mayor de familias sin tierra. En este sentido, el fenómeno
migratorio resulta ser “un esquema defensivo, pues le permite al campesino sobrevivir en su
tierra complementando actividades económicas”.
7. El hecho que los migrantes no cambien de rama de actividad, hace que tampoco cambien
mucho en cuanto a lugares de residencia. Es decir que la mayoría de los migrantes se
mantienen en el área rural de Argentina.
8. En cuanto al factor distancia de traslado en las migraciones, observamos que la gran mayoría
de los flujos poblacionales, el 58%, se trasladan hacia localidades ubicadas en provincias
argentinas que tienen frontera con nuestro país. De tal manera que el 36% de los flujos
migratorios se dirigen hacia la Provincia de Jujuy y el 22% a la de Salta. El resto se dirige hacia
las Provincias de Buenos Aires (18%), Santa Fe (7,5%), Corrientes (4%), Mendoza (3,8%) y otras.
9. Otra de las características de este flujo poblacional, lo encontramos en la falta de documentos
migratorios de la gran mayoría de los migrantes. Fenómeno que podría caracterizarse de
“migración ilegal”, pero que no es asumida como tal por los campesinos; puesto que para ellos
es natural desplazarse de esa forma; pero que también les trae perjuicios y problemas a la hora
de reclamar sus derechos, buscar mayor libertad de movimiento y de negociar al otro lado de la
frontera. Algo de lo que son muy conscientes los propios campesinos.
Sin embargo, este tipo de migración indocumentada, no sería posible si no contara con toda
una red de solidaridad y/o interés que permita la movilidad de esta población. De hecho,
podemos observar que más del 75% de los migrantes contaba con alguna red de colaboración,
ya sea de conocidos y/o parientes en el lugar de destino o porque venían extranjeros
expresamente a contratarlos.
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