Page 23 - PLAN MAESTRO DEL RIO PILCOMAYO
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4. El valor social, ambiental y económico del agua
Al convertirse el agua en un bien escaso como resultado de la competencia por
su aprovechamiento, una vez cubierta su función social y ambiental, adquiere
valor en términos económicos, condición ésta que introduce racionalidad y
eficiencia en la distribución del recurso.
5. Incorporación de la dimensión ambiental
La preservación de un recurso natural esencial como el agua, depende del
estado y la calidad medio ambiental y es un deber irrenunciable de los Estados
y de la Sociedad en pleno. Por ser así, la gestión hídrica debe considerar al
ambiente en todas sus actividades, desde la concepción misma de los
proyectos y programas hasta su materialización y continua evolución.
La incorporación de los principios del desarrollo sostenible en las políticas y
acciones regionales para lograr, con un acuerdo social, un sistema de gestión
que permita alcanzar la gobernabilidad de las acciones sobre el medio
ambiente y el aprovechamiento de los recursos hídricos.
6. Articulación de la gestión hídrica con la gestión ambiental.
La interrelación que existe entre la gestión de los recursos hídricos y la
problemática ambiental no admite compartimientos estancos y separado entre
las administraciones de ambos sectores. De ello se desprende la necesidad de
otorgarle a la gestión y al manejo de los recursos hídricos un enfoque
integrador y global, coherente con la política de protección ambiental,
promoviendo la gestión conjunta de la cantidad y calidad del agua.
7. Gestión Integrada del Recurso Hídrico.
La gran diversidad de factores ambientales, sociales y económicos que afectan
o son afectados por el manejo del agua avala la importancia de establecer una
gestión integrada del recurso hídrico (en contraposición al manejo sectorizado y
descoordinado). Ello requiere un cambio de paradigma, pasando del
tradicional modelo de desarrollo de la oferta hacia la necesaria gestión
integrada del recurso mediante la cual se actúa simultáneamente sobre la
oferta y la demanda de agua, apoyándose en los avances tecnológicos, las
buenas prácticas y una nueva gobernabilidad hídrica.
La gobernabilidad hídrica es una parte esencial de la gestión integrada del
agua e implica la práctica y evolución de las políticas hídricas, la normatividad y
legislación, la institucionalidad del agua y el manejo administrativo y financiero
con dimensiones tanto de responsabilidad pública como privada y de la
sociedad civil.
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