Page 46 - PLAN MAESTRO DEL RIO PILCOMAYO
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• Políticas y normas
Las experiencias suficientemente desarrolladas y validadas proporcionarán
insumos para el desarrollo, mejoramiento de políticas y normas sobre el uso y
manejo de los recursos hídricos y ambientales en los tres países y a nivel
trinacional.
• Etapas de aplicación
Una primera versión de un Plan de Acción en el marco del Plan Maestro tendrá
un horizonte de 5 años y será consensuado en cuanto a la planificación de su
implementación preliminar desde el segundo semestre del 2008.
• Estrategia participativa
El Plan Maestro contiene medidas y propuestas con grado diverso de impacto
potencial sobre las condiciones de vida de la población de la cuenca. Es
importante en este sentido, que el Plan esté además animado por un espíritu
participativo en tanto debe responder a problemas y necesidades sentidos por los
actores de la Cuenca.
A lo largo del camino recorrido se ha visto con claridad que las soluciones a
problemas centrales como la contaminación, la escasez de agua para consumo y
riego o el riesgo por inundaciones, derivaciones o retroceso del río, solo podrán ser
implementadas en forma efectiva y sustentable con la contribución de los actores
interesados. La sostenibilidad posible de las acciones futuras pasará por ella,
mucho más que por la sola fuerza de la inversión externa o la cooperación
internacional. La participación y la concertación se levantan aquí, no solo como
estrategias políticamente correctas de satisfacer expectativas, sino como la única
vía de actuación práctica y duradera en la Cuenca del Río Pilcomayo.
La cuestión de la participación en la instrumentación de soluciones no se limita a la
creación de mecanismos representativos o foros locales, sino que va más allá. Se
trata de revalorar el conocimiento local, reubicarlo en el diálogo técnico con calidad
de materia prima principal que será potenciada con otros desarrollos. Se trata
también de mejorar la comunicación para que ámbitos de conocimientos que no
están tradicionalmente conectados y que, por lo tanto, no comparten un lenguaje
común, puedan encontrarse creando nuevas pautas de comunicación y nuevas
orientaciones para la acción.
Esta intención participativa implica, en consecuencia, una reestructuración de los
mecanismos usuales de planificación y ejecución de obras y proyectos. Será
necesario redimensionar tiempos de formulación para permitir la exploración de las
mejores soluciones, entendiendo como mejores a aquellas que hagan lugar a las
formas organizativas locales, sus capacidades reales de aportar fuerza de trabajo,
capital o saber. Tiempos para entender saberes locales, para proyectarlos o
yuxtaponerlos. Tiempos para mediar, acercando y combinando intereses, en
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